jueves, 12 de junio de 2014

Una ojeada al Universo




Rodrigo Ramírez.

El ser humano ha mirado desde tiempos inmemorables el firmamento nocturno. Se  cuestionó sobre todas las luces y colores que lo asombraban cada noche. Con el tiempo, inventó historias sobre su creación y  sobre seres sobrenaturales que bajaron de esas luces misteriosas para darles vida e inteligencia.
¿Sabemos realmente qué es el universo y que grandes misterios nos esconde? Esta fue la pregunta que realicé cuando tenía apenas 13 años de edad. De esta forma empecé a investigar sobre las mil y un cosas que no sabía del universo.
Hace poco se confirmó la veracidad de la teoría de la gran explosión o Big Bang. Esta teoría asegura que el universo se creó mediante una explosión, al parecer todo en nuestro universo funciona de esa forma, explotando.
Las explosiones son muy comunes en nuestro universo, son la forma en la que una estrella culmina su tiempo de vida y da paso a la creación de otra, a estos eventos se les conoce como novas y supernovas. Estos extraños términos son solo unos cuantos de los que se escuchan en la astronomía.

De polvo a estrella.

Para que planetas como el nuestro existan en nuestro universo es necesario calor. Este es proporcionado por las estrellas. La nuestra es llamada “Sol”.  Las estrellas son enormes masas caóticas de gas.  Principalmente compuestas por helio e hidrógeno. Los cuales a través de reacciones nucleares producen luz y calor. Es decir, que una estrella es un ambiente colmado de explosiones nucleares mil veces más fuertes que la provocada por la bomba más potente creada por el ser humano.
Las estrellas son creadas por la concentración de gases  y polvo.  Estos son encontrados en las denominadas nebulosas. Una nebulosa es algo asemejado a una nube dentro de la tierra. Cuando estas alcanzan una densidad elevada generan calor hasta provocar una reacción nuclear, esta desencadena una serie de repeticiones que generan gravedad, la cual atrae el resto de gas y polvo espacial hasta formar una estrella.
Las nacientes estrellas concentran casi todo el polvo,  gas y materia de su nebulosa progenitora. Sin embargo, ese poco que no logran concentrar, generalmente compuesto por elementos más pesados como el hierro, zinc u otro metal,  generan pequeñas rocas que a través de la gravedad logran atraer a las más pequeñas que las circundan creando planetas. Este espacio caótico, lleno de colisiones y explosiones es el nacimiento de un nuevo sistema estelar.
Cuando la lucha por obtener materia, gas y polvo ha terminado, la calma llega al nuevo sistema estelar. Esta durará millones de millones de años, hasta que la estrella central consuma todo su combustible. Por suerte, este espacio de calma es el ideal para la vida. ¿Se imaginan vivir entre explosiones y rocas gigantes atrayéndose unas a otras?

Diferencias estelares.

Cuando miramos al cielo nocturno podemos pensar que todas las estrellas son iguales. No existe pensamiento más erróneo. Las estrellas pueden ser de diversos tipos, de acuerdo a su tamaño o al color de luz que emana.
De acuerdo a su tamaño, dichos astros pueden ser enanas,  gigantes o supergigantes. Las primeras pueden llegar a ser de apenas una décima parte de nuestro sol, mientras que las gigantes y supergigantes llegan a ser  400 y 1 000 veces más grandes que nuestro sol respectivamente. Las más comunes son las últimas. Es decir, somos un enano universal.
Por otro lado, el color del espectro de luz de la estrella indica el nivel de hidrógeno que encontramos en su composición. Existen estrellas  azules (con mayor cantidad de hidrógeno), blancas, amarillas, naranjas, rojas  e inclusive marrones; estas últimas carecen casi por completo del gas y no emanan mucha luz por lo cual es difícil detectarlas.
 Normalmente las estrellas son denominadas por su tamaño y color: Enana Blanca, Gigante Azul, Supergigante Roja, entre otras.
Estos gigantes de gas tienen un tiempo de vida incalculable, todo dependerá del tamaño y densidad de cada estrella.  Nuestro sol por ejemplo tiene recursos para mantenerse  unos 5000 millones de años más. No hay de que asustarse.

Grandes explosiones.

Cuando las estrellas culminan su tiempo de vida, el gas en su interior provoca una expansión en el tamaño de la misma, aumentando hasta diez veces su masa inicial. De esta forma la estrella tendrá dos finales posibles: ser una Nova o una Supernova.
Una nova se produce cuando la estrella, mayormente pequeña, consume todo su combustible nuclear y lentamente reduce su tamaño hasta alcanzar la estabilidad en su núcleo. Esta estrella pequeña y estable resultante es conocida como “enana blanca” (una estrella compuesta de neutrones y alta densidad). Esta pasará el resto de su vida sin producir más combustible y se enfriara lentamente hasta su muerte.  Nuestro sol tendrá este final cuando llegue su momento.
Por otro lado una supernova es mucho más caótica. La estrella se inflará por los gases de su interior, como pasa en las novas. Sin embargo, estos gases no dejarán de provocar reacciones nucleares, lo cual termina mal. La estrella explota, liberando energía, luz, calor y arrasando con todo lo que este a su paso. Como resultado de estas supernovas, se crean estrellas de neutrones que  liberarán toda la energía sobrante de manera caóticamente bella. Estas estrellas de neutrones podrán ser un Cuásar, Pulsar o Magnetar.
Los cuásar  y pulsar son estrellas de neutrones que liberan energía  por los polos creando una especie de “rayos de energía”.  La diferencia radica en los movimientos.
Los cuásar parecieran no generar rotación. Antiguamente se les conocía como agujeros blancos dado el color de Luz que emanan. La energía que libera es tan potente que se compara con pequeñas galaxias. Por otro lado, los pulsares son más pequeños. No obstante estos pequeños giran sobre su eje de forma tan rápida que crean una especie de faro espacial. ¿Se imagina? Es un gran reflector que nos muestra una parte del universo a la vez.
Asimismo, los magnetar son como imanes colosales. Estos liberan su energía creando supercampos magnéticos que logran deformar hasta el espectro de luz.
Estos tres tipos de enanas blancas son el centro de la nube de polvo y gas dejada por la supernova de su estrella progenitora.  Un ejemplo de estas es la nebulosa del cangrejo, cuyo centro es un pulsar que gira a 30 revoluciones por segundo. un bello espectáculo cósmico.









Galaxias y más.

Raras veces, las estrellas supergigantes al llegar al final de sus días generan tanta fuerza de gravedad que producen una implosión. Como resultado de esta se crea un agujero negro.
Estas rarezas del universo son cúmulos de materia superdensa que genera tanta gravedad que no deja escapar ni la luz. Estos agujeros negros crean un sistema que lo orbita conformado por estrellas, polvo, gases, asteroides y todo lo que se encuentre a su alrededor.
Así llegamos a la conclusión, de que todo orbita a algo en este universo. Los satélites orbitan los planetas, los planetas orbitan estrellas creando sistemas solares, las estrellas orbitan agujeros negros  creando galaxias y estos orbitan a unos más grandes dando paso a sistemas de galaxias.

Se dice que el universo es infinito. Pero lo más seguro es que tenga un final como este reportaje. Solo fue una vista rápida a los colosales astros. 

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