Rodrigo Ramírez.
El ser humano ha mirado desde tiempos inmemorables el
firmamento nocturno. Se cuestionó sobre
todas las luces y colores que lo asombraban cada noche. Con el tiempo, inventó
historias sobre su creación y sobre
seres sobrenaturales que bajaron de esas luces misteriosas para darles vida e
inteligencia.
¿Sabemos realmente
qué es el universo y que grandes misterios nos esconde? Esta fue la pregunta
que realicé cuando tenía apenas 13 años de edad. De esta forma empecé a
investigar sobre las mil y un cosas que no sabía del universo.
Hace poco se confirmó la veracidad de la teoría de la gran
explosión o Big Bang. Esta teoría asegura que el universo se creó mediante una
explosión, al parecer todo en nuestro universo funciona de esa forma,
explotando.
Las explosiones son muy comunes en nuestro universo, son la
forma en la que una estrella culmina su tiempo de vida y da paso a la creación
de otra, a estos eventos se les conoce como novas y supernovas. Estos extraños
términos son solo unos cuantos de los que se escuchan en la astronomía.
De polvo a estrella.
Para que planetas como el nuestro existan en nuestro
universo es necesario calor. Este es proporcionado por las estrellas. La
nuestra es llamada “Sol”. Las estrellas
son enormes masas caóticas de gas. Principalmente
compuestas por helio e hidrógeno. Los cuales a través de reacciones nucleares
producen luz y calor. Es decir, que una estrella es un ambiente colmado de
explosiones nucleares mil veces más fuertes que la provocada por la bomba más
potente creada por el ser humano.
Las estrellas son creadas por la concentración de gases y polvo.
Estos son encontrados en las denominadas nebulosas. Una nebulosa es algo
asemejado a una nube dentro de la tierra. Cuando estas alcanzan una densidad
elevada generan calor hasta provocar una reacción nuclear, esta desencadena una
serie de repeticiones que generan gravedad, la cual atrae el resto de gas y
polvo espacial hasta formar una estrella.
Las nacientes estrellas concentran casi todo el polvo, gas y materia de su nebulosa progenitora. Sin
embargo, ese poco que no logran concentrar, generalmente compuesto por
elementos más pesados como el hierro, zinc u otro metal, generan pequeñas rocas que a través de la
gravedad logran atraer a las más pequeñas que las circundan creando planetas.
Este espacio caótico, lleno de colisiones y explosiones es el nacimiento de un
nuevo sistema estelar.
Cuando la lucha por obtener materia, gas y polvo ha
terminado, la calma llega al nuevo sistema estelar. Esta durará millones de
millones de años, hasta que la estrella central consuma todo su combustible.
Por suerte, este espacio de calma es el ideal para la vida. ¿Se imaginan vivir
entre explosiones y rocas gigantes atrayéndose unas a otras?
Diferencias
estelares.
Cuando miramos al cielo nocturno podemos pensar que todas
las estrellas son iguales. No existe pensamiento más erróneo. Las estrellas pueden
ser de diversos tipos, de acuerdo a su tamaño o al color de luz que emana.
De acuerdo a su tamaño, dichos astros pueden ser enanas, gigantes o supergigantes. Las primeras pueden
llegar a ser de apenas una décima parte de nuestro sol, mientras que las
gigantes y supergigantes llegan a ser
400 y 1 000 veces más grandes que nuestro sol respectivamente. Las más
comunes son las últimas. Es decir, somos un enano universal.
Por otro lado, el color del espectro de luz de la estrella
indica el nivel de hidrógeno que encontramos en su composición. Existen
estrellas azules (con mayor cantidad de hidrógeno),
blancas, amarillas, naranjas, rojas e
inclusive marrones; estas últimas carecen casi por completo del gas y no emanan
mucha luz por lo cual es difícil detectarlas.
Normalmente las
estrellas son denominadas por su tamaño y color: Enana Blanca, Gigante Azul,
Supergigante Roja, entre otras.
Estos gigantes de gas tienen un tiempo de vida incalculable,
todo dependerá del tamaño y densidad de cada estrella. Nuestro sol por ejemplo tiene recursos para
mantenerse unos 5000 millones de años
más. No hay de que asustarse.
Grandes explosiones.
Cuando las estrellas culminan su tiempo de vida, el gas en
su interior provoca una expansión en el tamaño de la misma, aumentando hasta
diez veces su masa inicial. De esta forma la estrella tendrá dos finales
posibles: ser una Nova o una Supernova.
Una nova se produce cuando la estrella, mayormente pequeña,
consume todo su combustible nuclear y lentamente reduce su tamaño hasta
alcanzar la estabilidad en su núcleo. Esta estrella pequeña y estable
resultante es conocida como “enana blanca” (una estrella compuesta de neutrones
y alta densidad). Esta pasará el resto de su vida sin producir más combustible
y se enfriara lentamente hasta su muerte.
Nuestro sol tendrá este final cuando llegue su momento.
Por otro lado una supernova es mucho más caótica. La
estrella se inflará por los gases de su interior, como pasa en las novas. Sin
embargo, estos gases no dejarán de provocar reacciones nucleares, lo cual
termina mal. La estrella explota, liberando energía, luz, calor y arrasando con
todo lo que este a su paso. Como resultado de estas supernovas, se crean
estrellas de neutrones que liberarán
toda la energía sobrante de manera caóticamente bella. Estas estrellas de
neutrones podrán ser un Cuásar, Pulsar o Magnetar.
Los cuásar y pulsar son
estrellas de neutrones que liberan energía
por los polos creando una especie de “rayos de energía”. La diferencia radica en los movimientos.
Los cuásar parecieran no generar rotación. Antiguamente se
les conocía como agujeros blancos dado el color de Luz que emanan. La energía
que libera es tan potente que se compara con pequeñas galaxias. Por otro lado, los
pulsares son más pequeños. No obstante estos pequeños giran sobre su eje de
forma tan rápida que crean una especie de faro espacial. ¿Se imagina? Es un gran
reflector que nos muestra una parte del universo a la vez.
Asimismo, los magnetar son como imanes colosales. Estos liberan
su energía creando supercampos magnéticos que logran deformar hasta el espectro
de luz.
Estos tres tipos de enanas blancas son el centro de la nube
de polvo y gas dejada por la supernova de su estrella progenitora. Un ejemplo de estas es la nebulosa del
cangrejo, cuyo centro es un pulsar que gira a 30 revoluciones por segundo. un
bello espectáculo cósmico.
Galaxias y más.
Raras veces, las estrellas supergigantes al llegar al final
de sus días generan tanta fuerza de gravedad que producen una implosión. Como
resultado de esta se crea un agujero negro.
Estas rarezas del universo son cúmulos de materia superdensa
que genera tanta gravedad que no deja escapar ni la luz. Estos agujeros negros
crean un sistema que lo orbita conformado por estrellas, polvo, gases,
asteroides y todo lo que se encuentre a su alrededor.
Así llegamos a la conclusión, de que todo orbita a algo en
este universo. Los satélites orbitan los planetas, los planetas orbitan
estrellas creando sistemas solares, las estrellas orbitan agujeros negros creando galaxias y estos orbitan a unos más
grandes dando paso a sistemas de galaxias.
Se dice que el universo es infinito. Pero lo más seguro es
que tenga un final como este reportaje. Solo fue una vista rápida a los
colosales astros.
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