viernes, 27 de junio de 2014

LA CIUDAD DE LOS MUERTOS

Uno de los lugares con mayor actividad paranormal son los cementerios, pero hay específicamente uno, que además de estar colmado de mitos, leyendas fantasmales y testimonios milagrosos, es también histórico y actualmente reconocido como un museo donde el ingreso es completamente gratificante y a la vez espeluznante.
El Cementerio Presbítero Maestro es una famosa necrópolis ubicada en los barrios altos del Perú cuya historia celebra el recuerdo de la vida a partir de la muerte desde su inauguración un 31 de mayo de 1808, fue dispuesto por el Virrey José Fernando de Abascal y se constituyo como el primer cementerio de carácter civil en América. Su funcionamiento se llevo a cabo ante la oposición  de la población  que estaba acostumbrada a enterrar a sus muertos en el atrio o bajo las iglesias y conventos en criptas o catacumbas, fue uno de los espacios más hermosos de la antigua ciudad de Lima.
Este cementerio es conocido como “Cementerio General” en sus inicios, y es un lugar donde se puede ver con mayor claridad el esplendor de la antigua Lima enriquecida por el guano y el comercio.

En el año de 1999 para salvaguardarse como patrimonio cultural este cementerio recibe la denominación de museo, de ahí en adelante las visitas son nocturnas y se han convertido en las más solicitadas por los visitantes que disfrutan los recorridos entre tumbas mausoleos y esculturas hermosas de mármol. En el recorrido por el cementerio encontraremos una infinidad de historias, este es el caso del pabellón de los suicidas que envuelve relatos más espeluznantes del presbítero Maestro. 


El cuartel de los suicidad

Cuando me atreví a visitar de noche el cementerio en el tour de “noches de luna llena”, percibí las miradas frías de las góticas esculturas de mármol, la baja temperatura erizo mi piel e hizo que experimentara la sensación de que era observada por espíritus a través del largo recorrido por los cuarteles del cementerio Presbítero Maestro. El sobresalto aumentó más cuando nos dirigimos al inerme pabellón de los suicidas, cuyo nombre oficial es San Joaquín. Inaugurado en 1924, este pabellón ocupó un área que durante el siglo XIX eran los extramuros del cementerio, tiene una capacidad para 906 ataúdes. Albergan personajes que no merecen según la iglesia, la gracia de Dios por autoeliminarse. Entre ellos encontramos excomulgados, practicantes de otras religiones, asesinos, suicidas entre otros personajes.
Las especulaciones de que este lugar está lleno de historias y presencias del más allá, acompañados de cargas negativas, lo experimentamos al iniciar la travesía entre los nichos de este cuartel. Una carga pesada y un fuerte escalofrió invadió nuestros cuerpos mientras Gregorio el guía, anticipaba un rezo en forma de permiso para el ingreso, manifestando que, las almas del presente lugar merecían respeto.
Al dar los primeros pasos sentí un pesar en mi cuerpo, mi respiración era más acelerada, comencé a asustarme porque lo aterrador era sentir como alguien respiraba detrás de mí, casi entro en un cuadro de locura, apenas lograba escuchar al guía con su voz distorsionada, cerré los ojos y me encomendé a Dios, desperté del instante en que me había  encerrado,  fue un silencio que en menos de un minuto me llevo a otro mundo para no hablar sino sentir que el contacto con los espíritus no era un juego.
Gregorio me dijo que este lugar era así porque diariamente venían personas a hacer brujería, quemando fotos, prendiendo velas, haciendo pactos con las almitas, pero eso no era todo, una vez los vigilantes encontraron un hombre sentado cerca de una lápida de este cuartel, pensaron que estaba dormido pero se dieron con la sorpresa que estaba sin vida pues pasada las dos horas seguía inerte, se había suicidado usando un liquido con raticida.
Y es así  como el guía inició con  las historias de este embrujado cuartel.


La bruja
En este cuartel se tejen muchas historias que ponen los pelos de punta, una de ellas es la historia de Gregoria Camacho, una bruja cuya lápida aparecía en el piso todos los días hasta que un chaman llamado Pablo Astete hizo que este suceso dejara de ocurrir, al hacer un pacto con dicha bruja, al dibujar una calavera en su tumba. Años después este chaman fallece siendo enterrado cerca a la tumba de esta brujita.


La práctica del Harakiri

Divisamos una escriturajaponesa, el guía nos relató que se trataba del empresario Seiguma Kitsutani quien agobiado por las deudas, tomo su filoso sable y decidió acabar con su vida haciendo practica del harakiri (corte en el estomago). Según nos comentó, esta práctica comúnmente lo hacían los japoneses en forma de muerte gloriosa pues antes de ver su vida deshonrada por un delito o falta, recurrían a este acto.



El asesinato y suicida Enrique Thompson

Otra de las historias más nombradas del lugar es el caso de Enrique Thompson quien afligido por la separación de su novia decide asesinarla dirigiéndose a la farmacia donde ella trabajaba, al verla le disparo dos veces en el pecho, después de este suceso y sin poder mas con su conciencia, decidió matarse disparándose en la cabeza. Los vigilantes dicen que en sus constantes caminatas por la noche en el cementerio, escuchan el llanto de un hombre suplicando perdón en el pabellón de los suicidas.


Los primos Subiria

Pero esta no es la única historia de amor llena de tragedia que encontramos en este cuartel, también existe la historia de los Subiria, dos primos hermanos que se enamoraron y se amaron en silencio pero al ser descubiertos por sus padres, estos hicieron un juramento de seguir juntos por siempre, tomando la fatal decisión de envenenarse. Alejandro Aparicio Subiría falleció primero y María, semanas después. Los padres de ambos primos tomaron la decisión de que sus tumbas permanezcan juntas como ellos en vida lo quisieron.

El guardián de la noche

Gino Zevallos de 56 años Supervisor General del cementerio Presbítero Maestro nos cuenta sus experiencias con las actividades paranormales.

“No es fácil trabajar aquí, no es algo común, todas las noches escucho voces, las almitas de los niños me saludan”.

Son muchas las anécdotas que nos relata este guardián que trabajó en Colombia como vigilante en un cementerio por 26 años, actualmente tiene un año en este.

“Una noche estaba montando en mi bicicleta haciendo la ronda diaria de las diez de la noche por el pabellón de los niños cuando de pronto escuché voces tiernas saludándome con algarabía, supuse que eran las almas de los niñitos, me quede espantado por semanas. Otro día frenaron mi bicicleta y sentí claramente un empujón por mi costado derecho, caí en el suelo aterrado, temblando, no podía ni pararme”
Y es que este cementerio es uno de los más concurridos por los turistas que están interesados por sentir una conexión con lo paranormal y a la vez conocer la historia de nuestros héroes del Perú. Escuchar a hablar a Gino sobre todos los sustos que se llevo son intermimables pero muy interesantes, tener un trabajo como este indudablemente no es fácil, hay que tener coraje y valentía.

Tour Noches de Luna Llena

Este es un programa turístico creado por la beneficencia de Lima, con el fin de conocer a los personajes de la historia del Perú y recorrer las tumbas, mausoleos y estatuas de mármol del cementerio más antiguo del país para hacer de ello una experiencia impactante e inolvidable. El trayecto dura aproximadamente 3 horas de 7:30 a 10:30 de la noche, todos los segundos y últimos jueves de cada mes.
Mes a mes, de la mano de historiadores y museólogos, cientos de visitantes conocen un poco más sobre los personajes que descansa en este lugar donde fueron sepultados, Andrés Avelino Cáceres, Francisco Bolognesi y Miguel Grau.

Con antorchas encendidas, una veintena de personas realizaron la primera visita nocturna en el 2002, cuando la Sociedad de Beneficencia de Lima presentó su primer programa turístico, que actualmente recibe a unas 200 personas al mes, entre peruanos y extranjeros.
La travesía comienza en la puerta número 4, que es el espacio más antiguo del panteón. Si camina por su alameda usted encontrará los mausoleos del ex presidente, Oscar R. Benavides, la tumba del creador de Tradiciones Peruanas, Ricardo Palma, o del último mariscal del Perú, Eloy Ureta,  a la vez encontrara también las tumbas de personajes milagrosos muy visitados por sus devotos que le cumplieron algún milagrito.
Para formar parte de esta travesía puede acercarse a su local, ubicado en el Jirón Puno, 228 Cercado de Lima. El costo por persona es de s/. 20 incluye movilidad ida y vuelta. Se recomienda llegar puntual al local y llevar linternas.


El niño Milagroso

Los visitantes del cementerio Presbítero Maestro han convertido en un altar la tumba de Ricardito, un niño al cual se le atribuye poderes milagrosos y eventuales apariciones entre los pasillos y pabellones de dicho campo santo.

Ricardo Espiell Barrionuenvo, nace el 10 de diciembre de 1883 pero su infancia la trascurre en el puerto del Callao. A la edad de seis años fallece a causa de una fuerte fiebre provocada por un mal desconocido. La devoción a Ricardito se inicia en la primera  mitad de la década de 1990, desde entonces el publico adorna con flores, juguetes y dulces en dicha tumba que lleva encima una escultura de mármol del “niño milagroso” a quien siempre le imploran por la salud de algún ser querido entre otros ruegos, y en agradecimiento al cumplimiento de sus oraciones le colocan unas placas en el muro blanco que da sombra a la estatua de Ricardito.

Matildita

Así  como el niño Así como el niño Ricardito, un niño santo como le dicen sus devotos por los milagros concedidos, también encontramos a Matilde, una niña de 6 añitos que falleció de una enfermedad desconocida. Existen testimonios que las personas han pasado cerca de su mausoleo y han visto a esta niña juguetona caminar y pedirles flores. Los que la conocen dicen que ella previene de los peligros, que en ciertas temporadas vienen a rezarle para que les advierta si pueden viajar o noy en agradecimiento les dejan flores. 


Dorita

Otro de los niños que no tienen tantos devotos como Matilde y Ricardito pero que si hace milagros, es Dorita, una niña que tiene la costumbre de aparecerse cuando hay personas llorando para ofrecerles una sonrisita consoladora. Uno de los testimonios más contados es la de Carolina Huamán una joven que lloraba sola sobre la tumba de su madre por la gran ausencia que sentía en su casa, hasta que vió asomarse la carita risueña de Dorita. Al principio pensó que era una niña perdida por los pasillos del cementerio pero grande fue la sorpresa cuando al buscarla desapareció y aún más fue su asombro cuando encontró la lapida de este ángel.

El cuartel de los moros

Así como niños que causan ternura acompañada de la gracia de Dios, también existen seres indescriptibles en un cuartel hecho para niños bautizados y los no bautizados, algunos testigos nos contaron que esos seres son los duendes, niños que antiguamente no fueron bautizados por la iglesia debido a que no nacieron dentro de un matrimonio y que por  eso, no se van ni al cielo ni al infierno y se quedan aquí, el alma de estos niños son pequeñas y van creciendo pero no en tamaño sino en edad. Por eso se dice que los duendes son viejitos y chiquititos ya que estos tienen el tamaño que representan a los niños que fallecieron.
No hay duda que experimentar sensaciones extrañas para las personas seguidoras de las actividades paranormales las encuentran aquí mismo, en este cementerio que es la ciudad de los muertos.




Escrito por : Geraldine Villanueva Flores





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