La primera frase que llega a
la mente al ver por dentro la Escuela de Bellas Artes es “en casa de herrero,
cuchillo de palo”. Lo menciono porque veo a Laocoonte sin brazo luchando contra
una serpiente y a uno de sus hijos que ya perdió la cabeza y el dedo índice de
la mano derecha. Es así como el tour ha iniciado.
La escuela de Bellas Artes
alberga alrededor de 450 alumnos que estudian las especialidades de pintura,
escultura, grabado, restauración y conservación y docencia artística.
Cuidados intensivos
La primera parada de este
recorrido es Restauración y conservación. La profesora Lorena Olazaba está con
tres alumnos que parecen forenses por las batas que usan y algunos cuerpos
tiesos sobre mesas. Pero es así como un restaurador luce al trabajar con piezas
que requieren de cuidados intensivos. La duda es si seguir la comparación de
alumno forense o alumno doctor.
Por el momento tienes seis
piezas en el laboratorio. Una de las más desahuseadas es la virgen Santa Teresa
del siglo XVII que pertenecer a la Orden Mercedaria, le falta un brazo y mucho
color. Lorena me comenta que a veces llegan esculturas con tantas
intervenciones que en el camino han perdido contexto y solo con estudios se
puede llegar a determinar a dónde pertenecen.
Dos pasos a su costado está
otra virgen, ella si es una NN (sin nombre). La pobre está rodeada de tela
espuma y cubierta con plástico de burbujas. Descubrimos una parte, y vemos una
especie de faldón desteñido y sin esperanzas de restauración, pero la profesora
le tiene fe al trabajo de sus alumnos. Coincidimos es que será un arduo, arduo
trabajo.
Los doctores-forenses-alumnos
se quedan en el laboratorio-aula. Lorena me dice que al final del curso ellos
aplicarán sus conocimientos a alguna pieza de la universidad. Espero que
Lacoonte recupere su brazo y otras partes de los cuerpos de sus hijos.
Las aulas de los profesores
Segunda parada: Educación
Artística. Están preparando un bodegón con un libro, un cráneo, una vela en un
envase de vidrio y flores amarillas. Los alumnos que dentro de poco serán
profesores estudian el color, la figura, el fondo y el volumen en sus talleres
de pintura. Converso con Sandra que pertenece a esta carrera y me comenta que
es el tercer semestre que está estudiando docencia. Ella estudiaba ciencias de
la comunicación y trabajaba de asistente de un profesor en de pintura en el
Museo de Artes de Lima. Fue el profesor que la animó a estudiar en Bellas
Artes, pero dentro de unos meses se cambiará a artes plásticas. “Te ganan las
ganas de crear” asegura. Los dejo mientras terminan el bodegón que evoca a
Hamlet.
Modelaje
A punto de entrar a la clase
de escultura me advierten que los jóvenes están trabajando con modelos, asomo
la cabeza y veo un torso desnudo. A algunos modelos les incomoda que les tomen
fotos. Respetamos su decisión y le pongo la tapa al lente de la cámara. Solo
hay dos personas haciendo modelado de figura humana. El profesor Juan José
Paredes , quien lleva este curso, me explica que el trabajo que realizan los jóvenes
se basa en la dirección de la luz sobre el cuerpo y los ángulos de visión. Lo
que me llama más la atención es un modelo con el brazo detrás de la nuca,
sosteniéndose con dificultad. Un modelo permanece en una pose por lo menos
cuarenta minutos, luego le dan diez de descanso y así hasta que la clase acabe.
El descanso
En la puerta del comedor hay
una señora que saluda a todos los comensales que firman su cuaderno. El
almuerzo en la escuela es gratis, pero debes tener cierto promedio y pasar por
un tipo de entrevista para poder ganártelo. Hay mucha gente. Una alumna me
comenta que ha llegado para la carroña (el almuerzo que queda después de la
1:00 pm).
El profesor que me acompaña
me presenta a una modelo que también almuerza en el comedor. Ella se llama
Silvia y no podría compararse jamás a Gisele Bündchen, la modelo mejor pagada
del mundo. Silvia aparenta de unos cuarenta años. Es enfermera geriátrica.
Habla con mucha delicadeza de lo que significa ser modelo. Dice que muchos
malinterpretan su trabajo, creen que es inmoral posar desnuda para alguien.
Los alumnos de los últimos ciclos hacen esculturas o dibujos de desnudos
completos porque han comenzado con pequeñas partes (como rostro y busto) a
grandes aspectos del cuerpo (torso, medio cuerpo o cuerpo completo).
La despedida
He saltado de aula en aula
entrevistando a los jóvenes artistas. Por último llegué a la clase de Nicole Cuglievan,
profesora del Taller de Artes Integradas. El taller se ha puesto en marcha
desde este año y busca que los alumnos puedan resaltar como investigadores. Uno
de los fines es que La Escuela de Bellas Artes también se pueda sumar a los
cambio que se están dando en la educación de nuestro país. Pensar ya no en el
alumno como un artista, si no como un investigador que busca relacionar el arte
con la comunidad.
Es así como la última
impresión que me llevo de esta escuela es que efectivamente hay herreros
dentro, pero no con cuchillos de palo, sino con una herramientas más fuertes:
la libertad y la creatividad.
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