domingo, 29 de junio de 2014

Un tour por las Bellas Artes

La primera frase que llega a la mente al ver por dentro la Escuela de Bellas Artes es “en casa de herrero, cuchillo de palo”. Lo menciono porque veo a Laocoonte sin brazo luchando contra una serpiente y a uno de sus hijos que ya perdió la cabeza y el dedo índice de la mano derecha. Es así como el tour ha iniciado.
La escuela de Bellas Artes alberga alrededor de 450 alumnos que estudian las especialidades de pintura, escultura, grabado, restauración y conservación y docencia artística.

Cuidados intensivos

La primera parada de este recorrido es Restauración y conservación. La profesora Lorena Olazaba está con tres alumnos que parecen forenses por las batas que usan y algunos cuerpos tiesos sobre mesas. Pero es así como un restaurador luce al trabajar con piezas que requieren de cuidados intensivos. La duda es si seguir la comparación de alumno forense o alumno doctor.
Por el momento tienes seis piezas en el laboratorio. Una de las más desahuseadas es la virgen Santa Teresa del siglo XVII que pertenecer a la Orden Mercedaria, le falta un brazo y mucho color. Lorena me comenta que a veces llegan esculturas con tantas intervenciones que en el camino han perdido contexto y solo con estudios se puede llegar a determinar a dónde pertenecen.



Dos pasos a su costado está otra virgen, ella si es una NN (sin nombre). La pobre está rodeada de tela espuma y cubierta con plástico de burbujas. Descubrimos una parte, y vemos una especie de faldón desteñido y sin esperanzas de restauración, pero la profesora le tiene fe al trabajo de sus alumnos. Coincidimos es que será un arduo, arduo trabajo. 




Los doctores-forenses-alumnos se quedan en el laboratorio-aula. Lorena me dice que al final del curso ellos aplicarán sus conocimientos a alguna pieza de la universidad. Espero que Lacoonte recupere su brazo y otras partes de los cuerpos de sus hijos.

Las aulas de los profesores

Segunda parada: Educación Artística. Están preparando un bodegón con un libro, un cráneo, una vela en un envase de vidrio y flores amarillas. Los alumnos que dentro de poco serán profesores estudian el color, la figura, el fondo y el volumen en sus talleres de pintura. Converso con Sandra que pertenece a esta carrera y me comenta que es el tercer semestre que está estudiando docencia. Ella estudiaba ciencias de la comunicación y trabajaba de asistente de un profesor en de pintura en el Museo de Artes de Lima. Fue el profesor que la animó a estudiar en Bellas Artes, pero dentro de unos meses se cambiará a artes plásticas. “Te ganan las ganas de crear” asegura. Los dejo mientras terminan el bodegón que evoca a Hamlet.

Modelaje

A punto de entrar a la clase de escultura me advierten que los jóvenes están trabajando con modelos, asomo la cabeza y veo un torso desnudo. A algunos modelos les incomoda que les tomen fotos. Respetamos su decisión y le pongo la tapa al lente de la cámara. Solo hay dos personas haciendo modelado de figura humana. El profesor Juan José Paredes , quien lleva este curso, me explica que el trabajo que realizan los jóvenes se basa en la dirección de la luz sobre el cuerpo y los ángulos de visión. Lo que me llama más la atención es un modelo con el brazo detrás de la nuca, sosteniéndose con dificultad. Un modelo permanece en una pose por lo menos cuarenta minutos, luego le dan diez de descanso y así hasta que la clase acabe.

El descanso

En la puerta del comedor hay una señora que saluda a todos los comensales que firman su cuaderno. El almuerzo en la escuela es gratis, pero debes tener cierto promedio y pasar por un tipo de entrevista para poder ganártelo. Hay mucha gente. Una alumna me comenta que ha llegado para la carroña (el almuerzo que queda después de la 1:00 pm).



El profesor que me acompaña me presenta a una modelo que también almuerza en el comedor. Ella se llama Silvia y no podría compararse jamás a Gisele Bündchen, la modelo mejor pagada del mundo. Silvia aparenta de unos cuarenta años. Es enfermera geriátrica. Habla con mucha delicadeza de lo que significa ser modelo. Dice que muchos malinterpretan su trabajo, creen que es inmoral posar desnuda para alguien. Los alumnos de los últimos ciclos hacen esculturas o dibujos de desnudos completos porque han comenzado con pequeñas partes (como rostro y busto) a grandes aspectos del cuerpo (torso, medio cuerpo o cuerpo completo).

La despedida

He saltado de aula en aula entrevistando a los jóvenes artistas. Por último llegué a la clase de Nicole Cuglievan, profesora del Taller de Artes Integradas. El taller se ha puesto en marcha desde este año y busca que los alumnos puedan resaltar como investigadores. Uno de los fines es que La Escuela de Bellas Artes también se pueda sumar a los cambio que se están dando en la educación de nuestro país. Pensar ya no en el alumno como un artista, si no como un investigador que busca relacionar el arte con la comunidad.

Es así como la última impresión que me llevo de esta escuela es que efectivamente hay herreros dentro, pero no con cuchillos de palo, sino con una herramientas más fuertes: la libertad y la creatividad.

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