domingo, 6 de julio de 2014

El boom de los eventos juveniles


Hace dos años una nueva temática en el mundo de la diversión nocturna irrumpió en la vida de los sonámbulos sabatinos. Ir a un evento organizado por tus amigos suena más agradable que ir a una discoteca. ¿Por qué? Por que no lidias con desconocidos, y si no conoces a alguien, es muy probable que sea amigo de un amigo tuyo. Como en familia.



Nombres sugerentes como Hot Night llamaron la atención de los jóvenes adolescentes de Lima. El éxito de esta temática fue tal que en cada evento realizado, la cantidad de personas era mucho mayor al aforo permitido. Qué buen negocio.







La técnica fue imitada por más personas. Poco a poco la bandeja de notificaciones del facebook, su principal medio de publicidad, estaba repleta de invitaciones a este tipo de eventos.






 Malos elementos en el medio

La noticia fue impactante. Una joven adolescente denunció antes los medios de comunicación que en un evento denominado Fiesta Semáforo, los asistentes, en su mayoría menores de edad, además de estar ebrios, fornicaban  sin pudor en la piscina. Se satanizó este tipo de fiestas. Los medios de comunicación sacaron a la luz qué es lo que realmente sucedía en las juergas adolescentes limeñas. Sin embargo un reportaje transmitido por Panamericana Televisión demostró que no todos los eventos organizados por jóvenes eran deplorables.





Aquella marca desapareció, pero quedaron nuevas iniciativas que tomando en cuenta lo aprendido, surgieron y hoy son el tema de conversación de los jóvenes durante los días de semana. 

Teniendo en cuenta que el 80% de asistentes a estos eventos son menores de edad, una nueva idea surgió. Organizar eventos en las tardes. Matinés.





Los eventos vespertinos son los más concurridos en estos días. El éxito de esta nueva temática se basa en que muchos de los asistentes son personas que no tienen permiso para salir de noche, pero que, diciendo una mentira piadosa a sus padres, salen en la tarde y pueden divertirse por un par de horas.

La responsabilidad que recae sobre los organizadores de estos eventos es mayor que la de sus homólogos nocturnos. Al ser dirigidos a menores de edad, la ley restringe más la libertades. Cero alcohol, permiso municipal especial, mayor seguridad y filtro en las puertas de ingreso.

Pese a todos los inconvenientes que se han presentado ante ellos, los organizadores están cada vez más organizados. La firma MonkeyClub ha tenido una acogida espectacular. Inició en Lima Este, en el distrito de San Juan de Lurigancho, y se expandió hasta Lima Norte (Los Olivos) y Callao (Cercado y Ventanilla).




Organizar eventos en las tardes ha sido un gran reto para quienes lo hacen. Carecen de un local fijo, por lo que alquilan discotecas para poder ofrecer su servicio en un lugar accesible con todo lo que exigen las normas de seguridad ciudadana y las leyes. Esperemos, pues, que estos jóvenes cultiven así una forma de diversión sana y lejos de excesos.












No hay comentarios:

Publicar un comentario