¿Se puede decidir sobre la vida de un paciente con enfermedad terminal?
¿Puede una persona decidir si quiere vivir o no? Ha pensado en la posibilidad de elegir hasta que punto vivir. Pues bien, la eutanasia es hasta el día de hoy un tema debatible. La capacidad de poder decidir morir no está en nuestras manos. Moralmente y éticamente está en contra de nuestra integridad como ser humano, peor aún si se trata de un paciente que no tiene la facultad de hablar debido a su estado de salud.
Rosa Sánchez de 99 años está postrada en una cama en la casa de su hija. Tiene Alzheimer, incontinencia urinaria, cáncer a la piel, utiliza sonda para alimentarse, y la nebulizan 2 veces al día. Su vida ha llegado a un punto de inconciencia total. El Alzheimer le ha hecho olvidar todo, ya no camina, ni mastica, ni siquiera es capaz de mencionar palabra alguna.
Judith su hija menor es la que se encarga de todos sus cuidados. Le prepara su comida que consta básicamente de verduras sancochadas en una especie de sopa aguada, que se licua para poder introducirlo a través de la sonda. La baña con esponjas y agua tibia para finalmente ponerle un poco de colonia. Ella nos cuenta que se ha perdido de muchas salidas con su esposo o sus amigas por cuidar a su mamá. “Ella (Rosa Sánchez) lleva alrededor de 6 años postrada en su cama. Tengo que tenerla siempre vigilada para que no se arranque la sonda o evitar que le salgan escaras”.
A pesar que las enfermedades de Rosa se van complicando con el tiempo. Su hija niega rotundamente aplicar eutanasia a su mamá. “Soy católica y dejo la decisión de la vida de mi madre en manos de Dios, quiero que sea Él quien decida que día dejará este mundo”, asegura Judith.
Las enfermeras del seguro van a visitarla constantemente, asegurando que se ha salvado de muchas “Hace poco se ahogó con su propia comida ya que no masticaba bien, desde ese momento utiliza sonda para comer”, nos cuenta su enfermera de cabecera.
Sin embargo para su nieto José, Rosa Sánchez está sufriendo demasiado y sería adecuado aplicar eutanasia viendo la situación del estado de salud de su abuela. “Entiendo la postura de mi mamá (Judith) porque es su madre, pero como nieto puedo ver esta situación desde un punto más frío. Mi abuela (Rosa Sánchez) sufre cada vez que la mueven de su cama, cuando le hacen sus masajes, cuando come, hasta para dormir se queja. Yo duermo en la habitación de al lado y en la madrugada escucho sus quejidos. Eso no es vida. Es una tortura. A pesar de la buena atención que tiene por parte de las enfermeras y mi mamá, mi abuela está inconsciente. Eso no es vida”.
Acelerar la voluntad de Dios
Para Juan Goicochea sacerdote en la parroquia Cristo Misionero del Padre en Chorrillos la eutanasia es una manera de acelerar la voluntad de Dios. “Dios es quien nos da la vida, y sólo Él tiene derecho a quitárnosla, el suicidio y la eutanasia acelera este proceso, que además se podría considerar como pecado, pues en la biblia está prohibido matar. Un hijo no podría decidir sobre la vida de su padre. Nadie tiene derecho de quitar la vida a otra persona. Hay personas que se refugian en el típico argumento de evitar el dolor y sufrimiento a través de la eutanasia, y solo quiero decir que Dios sabe de cada uno de nosotros desde antes que nos formáramos en el vientre de nuestra madre. Por lo tanto Dios ha determinado nuestros días y no podemos usurpar su lugar”.
María Ramos, la enfermera de cabecera de Rosa Sánchez afirma que para los médicos y enfermeras la eutanasia va contra sus principios. La misión de los médicos es salvar vidas humanas y al aceptar o practicar eutanasia estarían incumpliendo su juramento hipocrático. “Tenemos como misión salvar la vida de quien está enfermo. Jamás pensamos en dañar la integridad de nuestros pacientes, todo lo contrario queremos que estén bien. Un médico por criterio y compromiso no podría aceptar la eutanasia nunca”.
Afirma que el estado de salud de Rosa Sánchez es estable. Hay momentos en que recae porque se complica con algún otro mal pero gracias a los cuidados siempre mejora. “Espero que se siga manteniendo estable como hasta ahora. Ella (Rosa) es muy fuerte y espero siga así”.
En nuestro país no está aceptada la eutanasia en ningún tipo de circunstancia, sin embargo sigue en debate la posibilidad de aceptarse, sobre todo en casos de pacientes con enfermedad terminal.
Se podría aceptar la eutanasia en nuestro país? Quien podría decidir sobre la vida de otro ser humano? La respuesta la dejamos a criterio propio.
Examen Final de Redacción
Harlyn Flores T 5to C
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