lunes, 7 de julio de 2014

Por: Melissa Gómez, Fiorella Ávila

Albérganos en tu corazón

Melissa Gómez

El corazón de un ser humano puede ser tan grande, pero más grande es el hombre que cuida y protege a un animal que lo necesita y que no solo se convierte en una relación de dueño y amo sino un lazo de unión por el amor que se transmiten.

Claudia Toledano es un ejemplo de mujer. A sus 48 años y en las situaciones precarias donde habita, hay un gran corazón para los animales abandonados que viven junto a ella.

Un lugar humilde con la apariencia fría de la pobreza. Así nos recibió Claudia, siempre se mostró dispuesta a ayudarnos y al conversar con ella sobre este  acto de generosidad que realiza y la satisface, nos hablaba de cada uno de estos animales abandonados con mucho amor, como si el sentimiento fuera de una madre hacia su hijo.

En su hogar los animales se desplazan por toda la casa, son un miembro más de la familia y como tal nos recibían con demostraciones de afecto al notar nuestra presencia.
Su labor de cuidar a los animales abandonados o callejeros empezó hace 11 años. Pues siempre le fascinaba los animales desde muy pequeña y era muy sensible al ver el sufrimiento de uno de ellos.
Todo empezó cuando recogí a mi “chibola”, era un bóxer  que encontré en la calle y me acompaño durante 9 años hasta que murió de cáncer. No pudimos hacer nada, siempre la extraño y la recuerdo. No fue cualquier animal, incluso después de su  muerte la creme y ahora la guardo en un lugar especial”.

El sentimiento de Claudia hacia cada uno de estos animales que conforman su albergue es increíble. No solo le dedica su tiempo sino que les proporciona un hogar, alimentos, medicinas, cuidados y protección con la finalidad de que algún día sean adoptados por una familia que los trate igual o mejor que ella.

Un albergue de amor
Desde que empezó a formar su albergue hasta hoy protege a cincuenta perros, treinta gatos, cinco gallinas y cinco conejos siendo un número de animales que requieren de mucha dedicación para que se encuentren bien cuidados.

Su hogar es un lugar pequeño pero lleno de mucho amor, lo que le ha generado algunos problemas por las constantes quejas de los vecinos ante la presencia de estos animales y el miedo de alguna contaminación que puedan perjudicar su salud.

Claudia tiene en mente un proyecto que con las donaciones de personas de buen corazón lo está logrando. La creación de un albergue en el distrito de Carabayllo con el espacio suficiente y las condiciones adecuadas. Es un sueño que quiere hacer realidad y  sigue buscando ayuda para que se pueda concretar.

“Queremos un hogar para ellos porque no son simples animales, es mi familia. Por eso necesitamos ayuda ya que no tengo los medios económicos necesarios. Es inevitable quererlos al verlos tan indefensos. No son seres humano pero también sienten y siempre me demuestran su agradecimiento”

A pesar  que recibe donaciones de alimentos y algunas medicinas, no es suficiente para la cantidad de animales que cuida. Pero agradece que personas que se conmueven a conocer la historia de cada uno, lleguen desde muy lejos a colaborar y aportar con un granito de arena. Todas las donaciones son bien recibidas.

Fiorella Ávila

Queremos ser parte de tu familia

Cada uno de los integrantes de este albergue espera un hogar. A pesar de los sentimientos que albergan sus corazones hacia su dueña, necesitan de una familia.
La convivencia entre ellos es tan armoniosa, es como si supieran que se deben cuidar el uno al otro. Son felices indudablemente, lo demuestran ante nuestra presencia.
Claudia nos muestra las fichas de adopción que hasta ahora se han llevado a cabo desde su creación.
“No termina todo el proceso cuando son adoptados. Personalmente me encargo de hacer un seguimiento y continuas visitas para asegurarme que están en buenas manos”.



En sus ojos se muestra la tristeza cuando nos habla de estos animales que ya fueron adoptados.

“Me cuesta separarme de ellos, porque dentro de esta convivencia no solo aprendes a quererlos sino a respetarlos  y tratarlos como si fueran un ser humano. Se alimentan, sufren y se enferman igual que nosotros. Son nuestra compañía, nuestro amigo fiel. Me indigna las personas inhumanas que maltratan a los animales o los utilizan”.

Debe ser un proceso difícil para Claudia cuando hay tanto amor de por medio, pero a la vez debe sentirse feliz que tengan un nuevo hogar.

Un rostro que nunca se olvida

En la vida nos topamos con diferentes situaciones que pueden marcar nuestros corazones y este fue uno de ellas. No hay ser humano que no se sensibilice ante tanta necesidad de amor y protección.

Claudia nos demuestra una historia de valentía y de lucha continua. Dejar al lado todos los prejuicios y realizar lo que le apasiona. “Cuidar y amar a los animales”.

No debe ser fácil crear un albergue ante tantas adversidades y problemas que pueden ocasionar cuando no es un lugar adecuado. El sentimiento es grande y debe ser valorado.

Lo único que anhela ante la publicidad que realiza mediante las redes sociales, es que las personas sepan de estos casos y ayuden a estos indefensos animales. Incluso busca ayuda de entidades que puedan escuchar su pedido lo que hasta ahora no se ha logrado.

Son una realidad y los animales forman parte de nuestra vida, no podemos ser ajenos a su sufrimiento cuando nos trae tanta felicidad.

Nuestra travesía nos enseño a entender que los animales necesitan de nosotros como nosotros de ellos.

Nuestro fiel amigo, quizás el único y mejor amigo. El que no te traiciona, no te miente y no te abandona.



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