Albérganos
en tu corazón
Melissa
Gómez
El corazón de un ser humano
puede ser tan grande, pero más grande es el hombre que cuida y protege a un
animal que lo necesita y que no solo se convierte en una relación de dueño y
amo sino un lazo de unión por el amor que se transmiten.
Claudia Toledano es un
ejemplo de mujer. A sus 48 años y en las situaciones precarias donde habita,
hay un gran corazón para los animales abandonados que viven junto a ella.
Un lugar humilde con la
apariencia fría de la pobreza. Así nos recibió Claudia, siempre se mostró
dispuesta a ayudarnos y al conversar con ella sobre este acto de generosidad que realiza y la
satisface, nos hablaba de cada uno de estos animales abandonados con mucho
amor, como si el sentimiento fuera de una madre hacia su hijo.
En su hogar los animales se
desplazan por toda la casa, son un miembro más de la familia y como tal nos
recibían con demostraciones de afecto al notar nuestra presencia.
Su labor de cuidar a los
animales abandonados o callejeros empezó hace 11 años. Pues siempre le
fascinaba los animales desde muy pequeña y era muy sensible al ver el
sufrimiento de uno de ellos.
Todo
empezó cuando recogí a mi “chibola”, era un bóxer que encontré en la calle y me acompaño
durante 9 años hasta que murió de cáncer. No pudimos hacer nada, siempre la
extraño y la recuerdo. No fue cualquier animal, incluso después de su muerte la creme y ahora la guardo en un lugar
especial”.
El sentimiento de Claudia
hacia cada uno de estos animales que conforman su albergue es increíble. No
solo le dedica su tiempo sino que les proporciona un hogar, alimentos,
medicinas, cuidados y protección con la finalidad de que algún día sean
adoptados por una familia que los trate igual o mejor que ella.
Un
albergue de amor
Desde que empezó a formar su
albergue hasta hoy protege a cincuenta perros, treinta gatos, cinco gallinas y
cinco conejos siendo un número de animales que requieren de mucha dedicación
para que se encuentren bien cuidados.
Su hogar es un lugar pequeño
pero lleno de mucho amor, lo que le ha generado algunos problemas por las
constantes quejas de los vecinos ante la presencia de estos animales y el miedo
de alguna contaminación que puedan perjudicar su salud.
Claudia tiene en mente un
proyecto que con las donaciones de personas de buen corazón lo está logrando.
La creación de un albergue en el distrito de Carabayllo con el espacio
suficiente y las condiciones adecuadas. Es un sueño que quiere hacer realidad y
sigue buscando ayuda para que se pueda
concretar.
“Queremos
un hogar para ellos porque no son simples animales, es mi familia. Por eso
necesitamos ayuda ya que no tengo los medios económicos necesarios. Es
inevitable quererlos al verlos tan indefensos. No son seres humano pero también
sienten y siempre me demuestran su agradecimiento”
A pesar que recibe donaciones de alimentos y algunas
medicinas, no es suficiente para la cantidad de animales que cuida. Pero
agradece que personas que se conmueven a conocer la historia de cada uno, lleguen
desde muy lejos a colaborar y aportar con un granito de arena. Todas las
donaciones son bien recibidas.
Fiorella Ávila
Queremos
ser parte de tu familia
Cada uno de los integrantes
de este albergue espera un hogar. A pesar de los sentimientos que albergan sus
corazones hacia su dueña, necesitan de una familia.
La convivencia entre ellos
es tan armoniosa, es como si supieran que se deben cuidar el uno al otro. Son
felices indudablemente, lo demuestran ante nuestra presencia.
“No
termina todo el proceso cuando son adoptados. Personalmente me encargo de hacer
un seguimiento y continuas visitas para asegurarme que están en buenas manos”.
En sus ojos se muestra la
tristeza cuando nos habla de estos animales que ya fueron adoptados.
“Me
cuesta separarme de ellos, porque dentro de esta convivencia no solo aprendes a
quererlos sino a respetarlos y tratarlos
como si fueran un ser humano. Se alimentan, sufren y se enferman igual que
nosotros. Son nuestra compañía, nuestro amigo fiel. Me indigna las personas inhumanas
que maltratan a los animales o los utilizan”.
Debe ser un proceso difícil
para Claudia cuando hay tanto amor de por medio, pero a la vez debe sentirse
feliz que tengan un nuevo hogar.
Un
rostro que nunca se olvida
En la vida nos topamos con
diferentes situaciones que pueden marcar nuestros corazones y este fue uno de
ellas. No hay ser humano que no se sensibilice ante tanta necesidad de amor y
protección.
Claudia nos demuestra una
historia de valentía y de lucha continua. Dejar al lado todos los prejuicios y
realizar lo que le apasiona. “Cuidar y
amar a los animales”.
No debe ser fácil crear un
albergue ante tantas adversidades y problemas que pueden ocasionar cuando no
es un lugar adecuado. El sentimiento es grande y debe ser valorado.
Lo único que anhela ante la
publicidad que realiza mediante las redes sociales, es que las personas sepan
de estos casos y ayuden a estos indefensos animales. Incluso busca ayuda de
entidades que puedan escuchar su pedido lo que hasta ahora no se ha logrado.
Son una realidad y los
animales forman parte de nuestra vida, no podemos ser ajenos a su sufrimiento
cuando nos trae tanta felicidad.
Nuestra travesía nos enseño
a entender que los animales necesitan de nosotros como nosotros de ellos.
Nuestro
fiel amigo, quizás el único y mejor amigo. El que no te traiciona, no te miente
y no te abandona.
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